
CONFIESO QUE TE DESEO
dos nubes de piel, rozar con mi pecho desnudo el calor de su cuerpo; converger en sus senos, para que se encuentren su placer y el mio.
De nuevo le pido disculpe si no es un buen momento, o si de algún modo he sido atrevido al expresar mi intención para con usted, espero que atienda bien a mis palabras y tenga una muy placentera noche.
Su caballero, quien vela su sueño.
Un Acosta.
Apreciada señorita mía:
Disculpe mi intromisión, y también disculpe usted si soy inoportuno. Espero sepa entender, que aunque no sea un buen momento para expresar la caterva de cavilaciones en mi cabeza, debo hacerlo, de lo contrario explotaría.
A causa de lo agolpaba que ha estado mi mente pensando en usted, no tengo muy claro si lo que estoy a punto de comentarle por este medio se lo haya dicho en algún momento previo a este escrito, sin embargo, estoy dispuesto a decírselo de todas formas, en todo momento.
Querida y muy estimada señorita,
No puedo imaginar más grande placer, mayor deleite a mis sentidos, éxtasis glorioso al encontrarse mi cuerpo con sus senos. Apretarlos firmemente con mis manos nerviosas, por sobre su ropa, o acariciando su piel desnuda, acurrucarme sobre
