
Desconocida
Chica de una noche,
hermosa dama que la vida me ha dejado admirar,
tu brillo es algo de paz en la guerra de mi vida..
No he hablado contigo,
no te conozco...
Dejé el último párrafo en puntos suspensivos,
pensando que lograría corregirlo antes de conocerte realmente,
y no simplemente verte bailar de reojo lo suficiente
para quedar perplejo
en un momento perfecto donde sólo era un espectador,
un momento que me remonto a un musical,
a mi favorito específicamente,
donde mi mente no encontró otra opción
que sobreponer la canción,
para que ella se volviera película.
La vida es una dama complaciente,
y aun cuando me dejo a tu lado en un auto
con poco más de treinta posibilidades de quedar separados,
y aun cuando desperdicie esa oportunidad,
te trajo conmigo,
como un regalo de Navidad en julio,
como la libertad para un asesino,
y me alegró la noche,
que parecía cada vez más oscura.
Estuve todo un día mirándote,
casi acosándote con mi mirada.
¿Todo para qué?
Para darme cuenta que eres única;
no eres cómo las demás chicas,
y no es que tengan algo malo,
es que cada cientos de años
nace una dama única,
como una estrella
que brilla más que las demás,
y sin intención deja atrás cualquier otro tipo de belleza;
esa dama está destinada a un mundo que no la merece,
a personas que nunca entenderán el valor de su mirada.
Hoy, lunes 30 de noviembre.
Le escribo a esa chica,
ella cumple años,
está a mi lado en este momento,
pero volviendo al escrito;
tuve la suerte de conocerla
y a la vez
el infortunio de conocerla
todo por estar en este lugar;
un lugar donde la frase más utilizada
nos remonta a Las Vegas moderna,
donde la fiesta hace de las suyas
y sin más,
las personas más como objetos que como sujetos,
empiezan a valorarse unos a otros
y cuando encuentran un "negocio" que produzca ganancia,
intercambian amor por unos minutos,
dos desconocidos que con el instinto más animal,
piensan en el sexo como la recreación más barata en el “plan”.
Ahora sería estúpido
pensar en que ella y yo
saldremos de esta isla con algo más que una plática,
el sexo nunca ha sido algo que me guste,
para ser sincero soy más de amor,
esto no viene a más
que un momento de sinceridad
que por mi autosatisfacción
no pude evitar.
Quiero conocer a la dama de cabellos rojos,
de gafas que nunca pasan de moda,
y de una autosuficiencia,
que impresiona a un chico
con suficientes problemas de personalidad
como para escribir esto.
Este poema paso de ser
sin más un conjunto de párrafos
que harían una carta,
a un diario de un día,
donde me esfuerzo en plasmar con letras
mi pensamiento de los sucesos diarios,
aquellos pocos que comparto contigo,
justamente hoy en tu cumpleaños,
que por cierto no te felicité...
¡FELICIDADES!
¿Sobreviviste un año más?
En verdad me alegro por ti,
y te ves hermosa.
Es difícil rozar el amor y lo personal
intentando no parecer un idiota.
La verdad es que después de que nos hayamos ido,
no volveremos saber del otro en la vida...
A menos de que tú quieras,
pues me basto verte bailar unos segundos
en mitad de un barco;
para saber que eres
por quien valdría la pena olvidar
la ley de oro de este lugar.
APARTADO: Siento algo tan "cutre" a la hora de escribir, no fue inspiración lo que me falto, fue tiempo, el tiempo para conocerte mejor, para escribir y reescribir poemas hasta encontrar el que mejor se alineara a ti, aquel que lograra plasmar todo mi ser una forma autónoma, para lograr impresionarte la mínima parte de lo que tu lo haces cada vez que te veo.